Poesía de Laura Nivela (Ecuador)

2- Niñx azul viendo fuegos artificiales con sus manos vacías (noche)

Madre, no entiendo porque dentro de mí se crean tantas identidades

Madre, ellas se autodenominan

/Son un lenguaje/

Me carcomen las niñxs azules, no sé qué hacer con sus cuerpos roídos y desmembrados.

Dime como detener las voces, dime como detener mi corazón.

Busco mis respuestas en tu vientre: el inicio de mis latidos.

Mamá, madre, pachamama

*sonido interferencial*

Me pregunto cómo se sintió nacer.

Madre ¿Escuche algún sonido? ¿Me escuchaste gritar?

Quiero recordar sobre mi corazón, quiero escribir sobre tu piel y consecuentemente la mía.

Quiero entender mi memoria y gritarla.

Madre, quiero llorar todos mis gritos y transformarlos en sueños.

 

Punto A.0/ Quiero escapar

Cada uno de nosotros es un paréntesis en la ciudad/poema.

Dentro de nosotros el grito ajeno es vacío, el sonido se traga así mismo como una tarántula en celo.

Empiezo a dudar de lo que llamamos comunicación porque lo único que encuentro en este desierto son paredes de cal donde me accidento constantemente.

Se me congelan los huesos, la red que me mantiene unida se debilita con cada paso. 

Mi memoria es un problema de lenguaje, me olvidé de cómo hablar y perdí los recuerdos. Ahora, juego a las escondidas con ellos.

Por las noches los persigo en un gran pasillo oscuro con una linterna en la mano izquierda y una pluma en la mano derecha.

Converso con ellos en infinita soledad de la mano con ciudad roída, son extraños en mi enjambre mental.

Siento que vivo la misma escena centenares de veces, un lugar nuevo es un escenario ya vivido.

Mi lengua carcomida guarda pequeños detalles de lugares pasados y los convierte en presente.

A veces mi lengua carcomida me dice el futuro en sueños.

Tenemos soledad que explorar en un constante ajetreo con los extraños,

los extraños con lo que convivimos, nosotros como meros invasores del cuerpo.

La abstracción de un cuerpo otro puede ser una suma en nuestro cuerpo.

La falta y la reinauguración de la lengua

es la creación de un lenguaje maravillado por la naturaleza.

De una sonrisa en medio del tráfico.

De una sonrisa jamás envejecida.

Por eso me pregunto si no nos cansamos de esta relación compleja donde luchamos con nosotros mismos para llegar de forma física y lingüística al otro lado, aunque sepamos que jamás llegamos enteros al punto B./siemprelugarequivocado/ porque parte de nosotros se quedó en el punto A./0-el vientre de nuestra madre, siemprelugardesconocido/.

 

Romper el brazo

¿Qué pasaría si terminamos de romper el brazo/muñeca/mano que nuestros padres torcieron en nosotros? Liberarnos de lo chueco amniótico de nuestros genes edipoides. Ya no soy tu hija, ahora soy Ámbar, la hija de mi propio vientre que he bautizado Lilith y Lolita. Ella es mi tierra prometida, la espera de mis ansias citadinas, los 35 mm de las aceras destruidas.

Si la ciudad fuera como la oscuridad de mi boca, podríamos explicar las deformaciones matutinas, la humedad salivante de la metrovía llevadora de cerdos, licuadora de pensamientos/ se unen los olores dentro de mi mandíbula rota/ pequeños insectos alumbran mis pasajeros estomacales en los túneles que atraviesan montañas-la nota musical anti-venus me persigue, su olor me deshabita lentamente. Espero que sepas que el habitar de mi cuerpo y el tuyo fue el desahucio de toda mi fe y vergüenza/ Fuiste el primer paso para la metamorfosis de este gusano verde moribundo en a/mariposa aracnofobica delirada en los romanticismo de sus árboles.  El verde de los campos y el aire fresco de la sierra. Wasi. Wasikuna. Son la casa de seres fantasma, seres insospechadamente anti-venus ¿Dónde puede estar Ámbar, hija venusiana de Lilith y Lolita, quien seré esta mañana cuando me despierte? ¿Seré alguien mejor a la vista de mi hermana o de mi madre? a la vista de todas las bestias femeninas que me rodean ¿Ámbar será aceptada como parte de la manada o será un intento fallido de mi experiencia?

 

Siento frío por primera vez en Guayaquil

Ciudad ajena me congela los huesos, me congela la red que me mantiene unida.

Me apena darme cuenta de la imposibilidad del lenguaje ciborg.

Me apena darme cuenta de la copia en el poder de la palabra afectiva.

Me arde saber lo lúdico de la comunicación oral auditiva compleja.

Me arde ser parte de una transmisión oral deshidratada.

No entiendo las razones de este intento fallido hacia nuestros semejantes

¿Cuál es nuestro fin? ¿Cuál es nuestra causa para querer ser afectados por el otro?

¿No nos cansa esta afectación reiterativa? ¿Por qué seguimos intentando?

Tenemos soledad que explorar en un constante ajetreo con los extraños.

Los extraños en el enjambre del lenguaje hacen daño a las niñxs azules,

¿Pero cómo detener un lenguaje totalizador en una textualidad?

Es casi imposible detener esta gente, este lenguaje de nuevo me carcome y en vez de entender a las personas como meras entidades de carne y hueso las veo en palabras, que devienen sonidos, memoria, arrullos, gestos, dolores, confesiones, afectos y acontecimientos.

¿Somos simulacros buscando simulacros?

Ciudad ajena, madre roída

imatak kay / ¿Qué es eso que busco en mi lengua que no encuentro en la de ellos.

 

Domingo soleado, aves cantando y madrugada fría

Escucho una y otra vez tu aullido astral-espacial

Fue un golpe en mis entrañas lleno de pánico

Tus suspiros sonaban como un gran tren descarrilándose en un acantilado

Podía percibir la desesperación de tus ojos y tus costillas achicándose

Tus ojos se volvieron blancos

Una nube alejándose y cargándose de lluvia

Un cuerpo muerto con agilidad infinita

Tus orejas, nariz y lengua se enfriaron

Tengo miedo de salir del baño y matar de nuevo a quien esté cerca con mi tacto

Tengo miedo de volver en el tiempo como castigo y volver a vivir tu muerte

Tu muerte que aniquiló la fracción del tiempo con la velocidad de tu infarto

Las dimensiones están hechas de velocidad

Las calles son distintas a las aceras, las calles son negras y no tienen fondo ¡Son lava!

Los carros no paran

La percepción del “yo” completo se pierde cuando una ola de carros/tiempo

trata de aplastarte

La muerte es una ola de conductores apurados aplastando tu vida por dinero

Los semáforos son las emociones cambiantes y delirantes de mi cuerpo

Te veo morir en medio del tráfico de miradas ambulantes

Te veo rodeada de peatones

Siento la suciedad de tu cuerpo

En tu frente se encuentra la última pista de que alguna viviste

Tu frente y mi frente se chocan

Vive de nuevo,

en estas palabras que reanudan los segundos antes del impacto.

 


 

ACERCA DEL AUTOR

laura nivela foto

Débora Laura Nivela Guaranda (Ecuador)

Actualmente estudia literatura en la Universidad de las Artes en la ciudad de Guayaquil. Hay un poema publicado proveniente de un taller de poesía dentro de la universidad por la editorial Rasguño «Tela de araña» muestra de textos y pre-textos. Forma parte del equipo de la revista Tangente de la Uartes.

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